¿Por qué había huído Anna?...
Él siempre había sido del tipo de chicos, que no se acercaban a una chica, aun cuando le gustara. Prefería que la chica viniera a él, y le mostrara el interés que tenía, pero nunca de otra forma. Con ella, sin embargo, había sido diferente desde el principio.
Era viernes. El reloj marcaba las ocho de la noche, y estaban en lo que quedaba del rio de L.A donde harían una sesión fotográfica para la revista Alternative Press. Nunca había sido fan de las sesiones de fotos, pero ahí estaba, arreglado completamente, al menos de la manera que a él le gustaba. Nadie le decía como vestirse, él se vestía
por si solo y eso hacía que siempre conservara su propio estilo.
Fumaba un cigarrillo, sentado en el concreto que todavía se sentía algo caliente de la tarde. El fotógrafo todavía no llegaba, y de hecho, nunca iba a llegar. Sin embargo, el editor en jefe, le llamó a una de sus amigas, también fotógrafa, para tomar la sesión de fotos en vista de que el otro fotógrafo nunca se presentó.
La vió llegar en un auto clásico, pero bastante bien conservado. Se bajó del auto, y sacó una maleta de la cajuela, y sin decir una sola palabra, comenzó a montar todo para la sesión. En poco tiempo, ya estaba con cámara en mano, tomando fotos a diestra y siniestra. Lo que más le extrañó, es que no les pedía cierta pose para cada foto, simplemente dejaba que todo saliera natural. Comenzó a hablar con los chicos, como si se conocieran de tiempo atras, y los hizo reír un poco, para romper el hielo. Pronto, él se veía riendo y platicando con ella también. Le gustaba su risa, y los gestos que hacía mientras tomaba las fotos. Era la primera vez en su vida, que se sentía realmente cómodo en una sesión fotográfica.
Cuando todo terminó, la invitaron a un bar. Donde conversó con ella cási toda la noche. Se dió cuenta de que apénas tenía 19 años. Pero eso no la hizo menos atractiva. De hecho, se sentía atraído por ella, como por ninguna otra. Algo dentro de sí, le decía que esta vez, todo sería genuino...todo sería diferente con ella.
Era una chica muy lista, y muy dedicada en lo que hacía. Pronto, se vió frecuentando su estudio casi cada que podía, y ella, por su parte, le tomaba fotos siempre, y en cada lugar al que salían. Parecía que fotografiarlo, se había convertido en una obsesión, y no solo era eso...comenzaba a sentir algo por él. Nunca se había enamorado, pero suponía que él, siendo quien era, ya lo había hecho muchas veces. Aunque a esas alturas, ya no le importaba. Quería estar con él.
Y llenó páginas, y páginas de su diario con fotos que ella misma tomaba de él. Después, hacia algunas anotaciones abajo de cada foto, y guardaba las demás fotos en una carpeta. Naturalmente, después de un año, se volvieron novios y todo iba perfecto, hasta que ella, tuvo que viajar mucho más, pues su trabajo se hacía cada vez más conocido. De fotografíar bandas de rock, y conciertos, ahora también iba a las pasarelas, y tomaba fotos para revistas de moda. Todo ese exito, fué inversamente proporcional a su relación, que se iba cada vez más abajo...hasta que cayó al suelo abruptamente una noche.
-Es que ya estoy harto. Nunca puedo verte, nunca estas, cuando te llamo no contestas, y yo ya no se ni qué hacer para que me hagas caso...sé que todo eso es importante para tí, pero creo que yo también soy importante para tí, no?-le decía Brian por teléfono. Ella estaba en australia. Acababa de terminar una sesión de fotos, y estaba demasiado exhausta como para discutir con él.
-Eres importante para mí. Muy importante, pero mi trabajo también lo es, y lo sabes. Crees que yo no quiero verte también? no seas tan egoísta...-dijo ella, al borde del cansancio.
-Egoísta yo? mira quién habla!, de verdad crees que soy egoísta? perfecto...a ver cuando te dignas a que nos veamos, Anna!!-Colgó. Le colgó.Y odiaba sentirse así de furiosa y frustrada.
Regresó a California, esperando verlo en el aeropuerto. Después de todo, él sabía cuando llegaría, en qué vuelo, y a qué hora. Pero no se presentó. No estaba ahí. Tomó un taxi hasta su apartamento, y se sintió realmente sola, y hasta culpable. Después de media hora, lo vió entrar al apartamento, con un ejemplar de la revista VOGUE americana. En portada, estaba una de las fotos que ella había tomado en Australia. La miró y aventó la revista a la mesita del recibidor.
-No puedo creer, que tomarle fotos a tontos modelitos, sea más importante que estar juntos...-Anna se cubrió la cara con las manos. No estaba dispuesta a oir eso. Mucho menos ahora.
-No lo entiendes...-dijo ella, sin saber realmente qué más decir.
-Tienes razón, no lo entiendo, Anna...¿Por qué no vuelves a tomar fotos para Alternative Press? te tendría más cerca...estaríamos más cerca, además, la paga no es mala. Sé que te sentías bien cuando trabajabas ahí...-le dijo, acercandose a ella.
-Quiero avanzar!, necesito progresar en lo que hago. No digo que Alternative Press sea un trabajo para principiantes, pero quiero más cosas que añadir a mi experiencia personal. Quiero conocer, experimentar más cosas!, es como si yo te dijera, que solo salieras de tour alrededor de E.U. Yo sé lo mucho que te gusta tocar en otros lugares, así que quiero que me entiendas- le dijo, pidiendo desesperadamente comprensión.
-No veo como todo esto nos llevará a algún lado...si yo estoy por un lado, y tú del otro...no creo que esto vaya a funcionar...
Se sentía decepcionada. No entendía como él, podía decir todo eso.
Lo vió irse. Se fué, y no volvieron a hablarse. Ella comenzaba a sentirse como una niña pequeña, que veía como el castillo de bloques de colores que había construido, se estaba cayendo a pedazos, y no quería quedarse a ver el horrible final.