13.5.09

White Horse.

Post alternativo al que ya publiqué en BloggersKillBookstars.


Debí saberlo...más bien, debí verlo venir. 

Pero ahora, eso ya no importa. Bién me lo decían...Los cuentos de hadas son solo eso, y en simple papel se quedarán. Los finales felices distan mucho de existir. Fue un crimen pensar que eso no era verdad?. Lo dudo. 

Aunque no dudo, ni dudaré de lo mucho que te quería, que aun te quiero muy a mi pesar,pensé que al negarlo todo y bloquearte de mi mente todo se borraría. El libro se cerraría, y tú desaparecerías de la misma forma en la que apareciste aquella tarde de noviembre, que ahora me gusta maldecir. 

Es increíble como se puede ser tan ingénuo...cómo se puede jugar en el viento, y volar tan alto, sin medir las consecuencias de la caída, que siempre es inminente. Sabía que iba a caer, pero preferí ignorar las advertencias, y me aventuré. Me sentí tan invencible, encima de todo y de todos. Flotando en un mar tan incierto pero igual placentero...

Y terminó. Nada pudo haberme preparado para la caída, y es que nunca se esta suficientemente preparado para caer, para descender, y para dejar atrás el mundo que se conoce. Tan segura estaba de tí, de mi...de nosotros, que cuando caí no me dolió. Simplemente me quedé en un limbo emocional, y no supe cómo reaccionar. 

Ahora que, lo veo todo desde afuera de la burbuja, me doy cuenta de quién soy yo, quizá mi error fue mirar tan alto, y fijar mis expectativas y sueños en tí, quizá no fue un error, y una simple y agridulce casualidad...nunca lo sabremos. 

La princesa quedó atrás. Se miró al espejo, y se dió cuenta de que todo se disolvía ante sus ojos oscuros. El castillo que se miraba tan perfecto, se rompía a pedazos, y el bosque encantado se secaba, se estaba muriendo. Y el caballero de la armadura de plata, que antes era incólume y perfecto, se estaba convirtiendo en todo, menos en lo que ella conocía. 

Y porque finalmente, duelen más las mentiras que las verdades, no voy a mentir cuando digo, que ya no creo más. Ya no voy a invertir mi fé en todo esto...ya basta de jugar al cuento de hadas. Bien lo han dicho:

Los finales felices, nunca son finales en realidad. 

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