No quieres ni jugar con ella y eso le molesta. Muere por que al menos la utilices alguna vez para tus fines más despiadados, pero no es ni lo suficientemente importante para ti, como para que la tomes en cuenta si quiera para eso. Pasa una y otra vez frente a ti, y tú solo la alcanzas a ver de espaldas y no te importa. No te importa y se siente desesperada. No sabe qué hacer, no sabe qué decir, no sabe cómo actuar, su mundo gira a tu alrededor, pero ni siquiera sabes que existe. Y no es como si realmente te fijaras en ella algún día. Ella se convence de que no es nada especial, y eso es exactamente lo que vas a pensar de ella en cuanto la veas. Una cara más para tu colección de desconocidos.
Y mientras tanto, por dentro ella se pudre. Se jala el pelo, se tira al suelo. Llora, se pone los audífonos y hace una plegaria a aquel que no conoce, y le ruega por que la mires de verdad, que te acerques, que le digas lo que sea. Pero así no funcionan las cosas. La vida no cumple caprichos, y ella tendrá que aprender, por las malas, que eres una fase. Solo una fase en su vida, que pasará.
Ella cree que es el fin del mundo, pero está muy equivocada...Su vida apenas está por empezar. Y no será ni la primera ni la única vez que le quede el corazón hecho pedazos, y lo peor es que lo tendrá que aprender por la mala...
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