Te miro, escribo esto, y prometo no volver a decirte jamás "nunca cambies". Porque sé que cambias, como mejor te parece, sin darte cuenta, a propósito, como sea, pero no serías humano si no lo hicieras. Porque cuando nos volvemos como los demás, nos deshumanizamos, y nos volvemos clones extraños de los demás, y de esos ya hay muchos. Cambia. Y ojalá que en cada transformación cambies para bien, y que cuando te sientas a gusto con la piel que traes puesta, te quedes en ella un buen rato, y que si te gusta, la conserves. Pero nunca dejes de cambiar. Así te quiero yo. Aunque te cueste trabajo creerlo, pero así es.
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