Y ahora que la veía, le cegaba. Salió al jardín de su casa, y tanta libertad le asustó. No estaba acostumbrada a levantarse sin un gramo, sin una dosis de él en la cabeza. Ahora que tenía la mente en blanco, ahora que había sido liberada de esa jaula que, siempre estuvo abierta, pero de la que nunca quiso salir, hasta ahora, no sabía ni qué hacer. Qué había de aquella sensación de alivio que tanto esperó? Qué había de la alegoría?.
No había nada de eso. Solo un hueco, nada más.
Como todo humano estaba llena de una decena de contradicciones, nunca se imaginó este escenario, así no lo había planeado. Pero, generalmente, las cosas nunca salen de acuerdo al plan. Lo sabía, pero no lo entendía. Y probablemente, todo eso se iba a quedar entre todas esas cosas que las personas nunca llegan a entender del todo.
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