Aquella niña, que para ese entónces, seguía más metida en comprarle ropa a sus Barbies, y en coleccionar estampítas Sandylion, que en niños, viajes, u otro tipo de cosas. No puedo quejarme: Siempre tuve amigas. Mi tope de popularidad en sexto de primaria, me hacía sentir feliz, por el hecho de que sí, casi todo sexto año me conocía, pero era popular entre las "raras" como yo. Y no es que en realidad fueramos "raras", era el simple hecho de que nos interesaban otras cosas, que a las otras no. Estabamos más metidas en las bromas, el reírse por reírse, los chistes locales, y la crítica destructiva hacia las "fresas". El final de sexto fué muy bonito. Tenía amistades sólidas, y el último día, en la graduación en el Ambrosía, jamás se me va a olvidar a Daniela, sosteniendo la cámara de video, filmandolo todo, hasta a Billy, mi hermano que era todavía un bebé, Gina, Andrea, Mariana, Mirta, y varias más, sentadas en una mesa juntas, cotorreando sobre la comida. Y el momento excesivamente emotivo, donde las niñas bailaban con sus padres. Todavía oigo esa canción y chillo. Vino la secundaria, el primer año: lleno de cosas raras y no tan lindas, el segundo: una bomba de recuerdos, risas, y más risas, mucho Simple Plan, y luego tercero...que fue bueno hasta cierto punto, pero del final, prefiero no hablar. Todavía las extraño. Extraño a todas esas niñas que salvaron mi existencia en ese lugar, pero no extraño a las que me hicieron todo más pesado al final. Tampoco voy a extrañar la escuela en sí. Si volviera, lloraría. De coraje, de tristeza, de añoranza por algunos momentos. Todas las veces que paso cerca de ahí, miro para otro lado, o cierro los ojos...lo prefiero. Puedo decir, que el sentimiento que engloba toda esa experiencia en esa escuela, fué el hecho de que nunca pude ser yo, tal y como soy. Nunca encajé ahí.
Y vino el año sabático. Vino el viaje a Londres. De los momentos más increíbles en mi vida. Todavía recuerdo las calles que caminé, el metro, las noches ahí, todo. Y después, vino la prepa. Vino la incertidumbre del principio. Escuela nueva, gente nueva. Yo decía que no iba a hacer amigos, y ahora tengo 6. Todas distintas, todas con sus gustos, unos totalmente opuestos a los mios, pero creo que eso hace todavía más verdadera nuestra amistad...el poder estar unidas pese a todo eso. Recuerdo mucho, el primer día. Ví a Karime, ella estaba a lado de mí, y me sonrió. No somos las grandes amigas, pero ahora nos hablamos...y fuera de ella, los demás me parecían una bola de niños de papi, engreídos, que no podían ni sonreírle a alguien que no conocían. Después, en el salón que nos dieron por primera vez, hice algunos amigos, pero nada realmente concreto, hasta que llegué con Mariana. Ella se sentaba con Jessica, y por Mariana conocí a Carmen, y Carmen iba en mi clase de Francés, y fué click instantáneo, coincidentemente, las dos habíamos ido a Londres en las vacaciónes. Y luego, vino Valeria, se sentaba hasta la orilla del salón. Después, vino Alejandra, quien yo pensaba que no le caía bien. Según yo, me miraba feo. XD, y después, Andrea, que ya era amiga de Ale desde antes. Después, vino Montse, y su hermana Mariana, que conocí mejor, porque estaba en la clase de francés. Y todo es diferente ahora. Soy yo bien...con todas las letras. Y me encontré con el hecho de que yo no conocí realmente qué era ser amigo de alguien hasta ahora. Y tantas cosas han cambiado, he cambiado de piel, de gustos...ya no soy la niña loca por SP, que también era fan a medias de My Chemical Romance, y que coreaba las canciones en todos lados. Tanto así, que su madre y padre se sabían las canciones de pe a pa. Ya no sigo siendo la niña que se sentía menos...aunque algunas veces, esa niña aparece, y causa problemas, pero siempre es controlada. Creo que con esto de crecer te das cuenta de muchas cosas, y te permite reírte de tu pasado...de qué ridícula eras, de cómo vestías, de como pensabas. Leo los diarios de cuando tenía 15 años y me doy pena. Pero también me doy cuenta de cuanto lloraba y me preocupaba por ciertas cosas que yo creía como el fin del mundo, y ahora se han solucionado. Me alegra mucho saber que superé todos esos obstáculos y me convertí en quien soy ahora. Para bien, o para mal.
Me alegra que en estos dos años, las mismas niñas sigan siendo parte de mi vida, y que se hayan añadido también algunas otras. Me alegra poder sentirme parte de algo, poder identificarme con alguien, y poder compartir lo que hago, lo que soy, y lo que me gusta. Ahora soy más feliz que antes. Sigo teniendo problemas, pues esos nunca se acabarán, lo sé, pero estoy contenta. Y si ha habido problemas, o yo los provoqué, o son cosas que no estan en mi control. Pero debo vivir con eso. Debo de aprender a vivir con todo eso, y dejar de cometer los mismos errores de siempre. La moraleja personal aquí, al menos la que a mi me dejó todo esto, es que yo soy perfecta así como soy. Perfecta con mi montón de imperfecciónes, y que debo de alejarme de esos demonios que a veces me hacen sentir menos de lo que realmente soy. Y sí, aunque todo esto suene chafa. Y que suene trillado, y cursi, pero es la verdad. Creo que es tiempo de dejar que las personas pasen sobre mí, o que siga permitiendo que me hagan daño. Generalmente, soy muy generosa, para mi propio bien...y por eso ya me han pasado muchas cosas...pero en fin...mi vida continua, y solo espero que todo sea mejor y mejor, y mejor todos los días.
1 comentario:
waa claro q las cosas mejoran...no te vas a dar cuenta pero llegara el momento
esa tipica melancolia la conosco bien..solo que a difeerencia de mi tu no estas resentida con el mundo o siempre te has sentido fuera de lugar....l busqueda interminable de la soledad....pero despues te daas cuentas de tu entorno y ves las cosas como son aceptando la realidad...despues de todo podrias estar en un lugar peor..pero no...no estas tan mal como imaginas
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