¿Cuantas cosas pueden decirte sobre mi? montones. Más malas que buenas, más buenas que malas, no importa. Parecería que tú mismo empiezas a resolver el rompecabezas sin ayuda de nadie. Me encanta cómo es que no dejas que te lo cuenten. Prefieres venir, y preguntarlo todo, y te vale parecer un preguntón frente a mí. Si supieras que yo también quiero saberlo todo de ti. Lo que sueñas, lo que quieres de tu vida, tus deseos...y tus secretos uno por uno. Me encanta la idea que he creado de tí. Y me encanta que me digas lo que piensas de mí. De alguna forma, me das esperanza para el futuro, y me has hecho querer regresar todavía con más vehemencia a Londres. Me encantaría ir de nuevo, pero que esta vez, todo me lo contaras tú. Quiero verlo todo en tus ojos. Que el Big Ben se refleje en tus lentes oscuros, con la seguridad de que terminaré tomándote más fotos a tí, que a la misma ciudad. Quiero pasear por las calles de Brixton, y que me convenzas de quedarme ahí. Lo gracioso, es que si tú me pidieras que me quede, me quedaría sin chistar. No te conozco ni mucho ni poco, y ya podría dejar mi vida en tus manos, aunque suene precipitado. Llegaste a mí, como uno de esas estrellas fugaces que pasan cada mil años. Te atrapé, y ya no quiero dejarte ir. Espero que tú no me dejes ir...aunque probablemente alguna vez, lo harás...me siento demasiado mortal, frente al chico de sangre azul que me pareces tú.
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