30.4.09

10. California.

Cuando se piensa en California, se tiene una imagen grabada en la cabeza de playas con chicas en bikini, atardeceres, y muchas otras cosas que podrían parecer algo superficiales. Cuando Anna pensaba en California,no le venía a la mente nada de eso. Más bien, eran imágenes de Brian sentado en el jardín de la casa, componiendo canciones con la guitarra, él y ella riéndose mientras corrían por la playa, o la imagen vivida de ellos besándose. California, era como un gran significado de Brian para ella. Así que al pisar tierra americana, le dolió un poco más no haber terminado en muy buenos términos con él. Es más, ni siquiera terminaron, literalmente. Hubiera estado un poco más en paz, si se hubieran dicho un adiós explícito, pero como no hubo tal, no sabía realmente qué pensar sobre todo eso.


Jack la recibió con una amplia sonrisa, e inmediatamente tomó sus maletas. No dijeron mucho en el trayecto al apartamento de Anna...
-Te lo juro que pude sentirlo emocionado, cuando le dije que regresarías...-dijo él, para romper el silencio.
-Emocionado? ja!, no entiendo cómo puede estar emocionado, de ver a la chica que él mismo dejó sola en París. Todo iba perfecto, sabes?...lástima, esta vez, realmente no sé si las cosas volverán a ser las mismas...ya no soy tan optimista como antes...-dijo ella, algo triste.
-Pues yo que tú, no decía nada hasta verlo. Te apuesto lo que quieras a que en cuanto se vean va a cambiar todo...además, tienen mucho qué hablar...-dijo él, ofreciéndole algo de esperanza.
-Ya veremos...-dijo ella, se despidió de él.



Eran las 8:30 de un sábado, y ya sentía que no quería estar ahí. No había dormido bien, y todo el trayecto hasta la locación, se la pasó durmiendo en el asiento de atrás de la camioneta de Jack, que le parecía muy cómodo en el momento. Jack la despertó a 15 minutos de llegar, la despertó, y comenzó a sacar su maquillaje de la bolsa. Como pudo, se maquilló un poco, e intentó fallidamente, arreglar su pelo, que lucía alborotado.
Secretamente, se había puesto la ropa que sabía que le gustaría a Brian. Bajó de la camioneta, y comenzó a conversar con las bandas que ya habían llegado al skate park que serviría de locación por el momento.

Para las 12:15, ya había terminado con la primera etapa de la sesión, y ahora seguía el momento que más temía. Tocaba la sesión con Brian. Lo que más le daba nervios, era que estarían solos, y que no habría pretexto alguno, para distraerse. Tuvo que caminar hasta el otro lado del skate park, dónde ya se encontraba Brian, sentado al filo de lo que parecía una alberca enorme pero completamente vacía. Traía unos lentes oscuros, y una pinta que ya la estaba matando, y eso que apenas lo miraba desde lejos. Era aquella camisa negra, semi abierta, esos jeans que le quedaban a la perfección, y ese pelo que la volvía loca. Y claro, su rostro rompe corazones.

Su corazón palpitaba tan fuerte, que pensó que se le iba a salir del pecho. Con cada paso que daba, quería retroceder dos...no estaba segura de querer estar ahí. Y él no la notó, hasta que la vio parada del otro lado.

Se miraron. Brian le sonrió, y le dijo hola, como si nada.

-Creo que ya deberíamos comenzar con las fotos...-dijo ella, ignorándolo de forma fingida. 
-Como tú quieras, Anna...-dijo él, que se paró del suelo y caminó hacia la locación de forma natural. De alguna forma, le estaba molestando la actitud que había adoptado en el momento. Lo notaba muy seguro de sí mismo, y demasiado tranquilo, como si todo estuviera normal.

A la mitad de la sesión, la tensión era tan fuerte que no pudo soportarlo. Dejó la cámara en el suelo, y lo miró molesta.
-Lo siento, no quiero continuar con esta tontería. No se cómo puedes comportarte tan normal conmigo, cuando fuiste tú, quien me dejó botada ahí en el hotel, para largarte. Nunca volviste...-dijo ella, bajando la mirada. Él comenzó a reírse.
-Disculpame, pero eso nunca habría ocurrido, si tú no te hubieras ido en primer lugar! tu también te fuiste, y me dejaste sin ninguna explicación...-dijo él, que empezaba a sentirse molesto.
-No, es que no necesitabas una explicación...tú sabes porqué lo hice. Tú lo provocaste...-le contestó ella. 
-Solo yo? estas segura, Anna?...perfecto. Yo tampoco puedo seguir con esto...me voy...-dijo Brian, que se dio media vuelta, y caminó de regreso. 
-Anda! vete como siempre! huye de los problemas...-dijo ella, enfurecida.
-Mira quién lo dice, Anna...mejor deberías cerrar la boca...-dijo él, que poco a poco se veía más lejos. 

Lo que dijo, no había sido muy apropiado, considerando que ella misma, huyo también. Derrotada, se sentó en el tronco viejo de un arbol. Se miró a sí misma, y la ropa que traía, y deseaba no haber pensado que iban a volver. De hecho, comenzaba a creer, que lo que habían tenido, ya se había ido a la basura. 

Tomó sus cosas y se dirigió a la camioneta de Jack. Ya había terminado su trabajo por hoy. Jack notó que se dirigía a la camioneta, y la ayudó con sus cosas.
-No te preocupes, Annie...Kelsey, ya se esta encargando de las fotos de Brian...ve tranquila a casa, y descansa un rato...-dijo él, abrazandola. Ella no puso mucha atención a lo que decía, porque veía desde lejos a Brian, hablando con una chica mucho menor que él...suponía que era Kelsey, pues traía una cámara en mano, y le sonreía de forma casi ridícula. 

Se fué de ahí, con la imagen de Kelsey y Brian en la mente, y en el espejo retrovisor. Estaba perdiendolo todo muy rápido...demasiado rápido para su gusto, y lo peor, es que sentía que realmente todo era su culpa. 



9. Change of plans.

El estudio fotográfico que tenía a su disposición en Francia no se parecía en nada al que tenía en California. De que era bonito, moderno y tenía lo último...no había duda, pero le faltaba ese toque personal. Además, aquí tenía 3 asistentes que prácticamente podían hacer todo lo que ella quería con solo decirlo, y ella no estaba acostumbrada. Muchas de las cosas, las hacía ella misma. El revelado, la edición, si es que era necesaria, y varias otras tareas, siempre eran hechas por ella. Así trabajaba, y así le gustaba. Se sentía atada de manos de cierta forma, su jefa prácticamente le había dicho que se dedicara a tomar y dirigir el montaje de las fotos, escoger las lentes y el equipo que necesitaría y ya. Como si hacer el trabajo del revelado y el montaje en sí, fuera algo fuera de sus límites.

El blanco impecable en las paredes del estudio, parecía hipnotizarle. Se había quedado mirando al techo un buen rato, hasta que se dio cuenta de que, realmente no estaba muy cómoda ahí. Como siempre, existía ese vacío en su estómago, un hoyo negro que sentía, la iba a comer por dentro y la iba a dejar más rota y más incompleta que antes. Su teléfono sonó y muy en sus adentros deseaba que fuera él, aunque realmente era el editor en jefe de la Alternative Press.

-Te diviertes en Francia, Annie?-le preguntó de inmediato la voz del otro lado del teléfono.
-No tanto como pensaba, Jack, querido...-dijo ella suspirando.
-Pues regresa a California...te tengo un trabajo bastante especial por acá. Voy a hacer un especial con lo más sobresaliente en lo que va del año, y desde el primer momento, pensé en ti, para las fotos. No vayas a decir que no. Aunque, bueno...seamos honestos, no te pagaré la millonada que de seguro te están pagando ahí...pero, creo que valía la pena hacer el intento por tenerte acá. Ya te hartaste de fotografiar rockstars, cariño?-le preguntó Jack riéndose un poco.
-La oferta suena tentadora, de hecho. Y no exageres, no me pagan millonadas...-dijo ella riendo también.
-Además, tendrás la oportunidad de fotografiar a tu chico...otra vez, fué votado como el hombre más sexy, hey! le ha ganado ya dos veces al chico de My Chemical Romance!, eso sí debe celebrarse...-dijo él. Ella se quedó callada. Las palabras "tu chico" no querían sonarle ajenas, pero ya lo eran...muy a su pesar.
-Porqué tan callada, Annie?-le preguntó, al sentir el silencio obvio del otro lado de la linea.
-Bueno, pues es que, ya no es mi chico...-dijo, con un nudo enorme en la garganta.
-Qué? rompieron otra vez, Anna?...ah, vamos...todo mundo sabe cuanto lo quieres, así que, porqué no aceptas este trabajo, te regresas acá, e intentas arreglarlo todo, eh?-le preguntó Jack haciendo la oferta sumamente tentadora. Además, ya no tendría que seguir en Francia, ahora se le hacía un poco extraña y extremadamente solitaria, y hasta algo deprimente.
-Me parece perfecta tu oferta...pero tú más que nadie sabe que los contratos no son cualquier cosa, y menos cuando estamos hablando de una revista como Vogue...aunque, si no me equivoco, mi contrato solo es forzoso hasta...ehmm-(se paró del suelo y fué por su bolsa y la vació en el suelo sin mucho cuidado, haciendo una lluvia de papeles improvisada, de ahí, sacó una hoja rosa y comenzó a leerla) - es hasta después de dos semanas...-dijo ella, sin mucho ánimo.
-Bien, pues te espero acá dentro de dos semanas, Annie. Mientras tanto, sigue tomando fotos, y que nadie te diga cómo tomarlas, eh? que no pierdan el estilo de Annie!-dijo él, se despidieron y colgó.

Jack tenía razón en cuanto a las fotos...si sus fotos eran como eran, era gracias a su toque personal, y eso incluía revelarlas, y hacer todo el proceso ella misma. Mandó llamar a sus asistentes, y literalmente les dijo que no eran muy necesarias. Ahora, ella volvía a tener el mando de todo, como siempre.




Del otro lado, en Los Ángeles, Brian dormía en casa de Zacky, uno de sus compañeros de la banda, y sonó su teléfono, interrumpiendo su sueño completamente.
-Annie va a volver a california...-le dijo Jack algo emocionado de comunicarle la noticia a Brian, que se paró del sillón en el que estaba, y se talló los ojos.
-Qué dijiste? cómo supiste eso?-le preguntó, lleno de curiosidad.
-Le ofrecí que viniera para la siguiente edición de AP...y no pudo rechazar mi oferta...-dijo Jack.
-Eh...Ella...va a tomar las fotos?-preguntó Brian, titubeando.
-Claro!...viene en dos semanas...prepárate...-Jack colgó, y una sonrisa se formó en el rostro de Brian, que ya no mostraba signos de sueño. Ya no quería dormir, se acostó en el sillón pensando en qué haria al verla. La ignoraría, le reclamaría?...ni siquiera tenía pruebas auténticas de que ese hombre con el que hablaba era un pretendiente suyo. Ahora que veía todo desde otra perspectiva, le parecía que había sobre reaccionado.

Y cuando lo pensó bien, se quitó de encima esos pensamientos de ignorarla, o reclamarle nada... ahora,solo pensaba en besarla.

27.4.09

8.Nothing in my way.

4 Días, traducidos en 96 horas.

Cási la mitad de una semana, y se le había hecho una eternidad. Tomar fotos ya no le estaba resultando para apartar la mente de lo que realmente le importaba en el momento. Parecía un robot, automatizado para hacer las tareas más sencillas y básicas, y siempre regresaba a su hotel a dormir. A veces, ni comía. Incluso, le preguntaron si se encontraba bien, cuando casi se desmaya a la mitad de la calle.

Tenía que admitirlo. No estaba bien.

Pero no lo quería aceptar. Eso de fingirse a si misma, le venía muy fácil en el momento, se quiso poner una venda en los ojos, y omitir todo el escenario destruyendose ante sus ojos. Barcelona, léjos de parecerle una ciudad bonita, ahora solo era sinonimo de tédio, y de recuerdos que prefería borrar de su mente. No podía esperar para regresar a París, porque confiaba que solo así, estaría de verdad enfocada en su trabajo.

Mientras tanto él ocupaba su tiempo practicando o leyendo libros, pero a comparación de ella, no intentaba omitir las cosas, o pretender que no habían pasado. Muchas veces le pasó por su mente la posibilidad de ya no volver con ella, por mucho que eso le pudiera costar, si no era un esfuerzo de dos, no tenía caso seguir luchando. Él consideraba que había hecho lo que pudo para recuperarla, pero al ver que ella no quería ser recuperada, no había mucho qué hacer...todo dependía de ella ahora.

Una parte de él, quería ir a verla y rogarle, suplicarle para que volvieran a estar juntos, pero a la larga, si ella realmente no lo quería como él a ella, se sentiría mucho más lastimado. Solo le quedaba un último recurso, buscarla y hablar con ella una última vez...eso decidiría todo.

La tarde afuera, no invitaba a salir realmente. Llovía mucho y casi no había gente en las aceras. Las tiendas estaban cerradas y apénas pasaban coches. Sin embargo, Anna estaba en la azotea del hotel, que se había acondicionado para ser un roof garden. Miraba la lluvia caer desde la mesa donde estaba sentada, y tomaba un café que ya estaba frio. Esa misma noche se iba a París, y suponía que él, ya estaría más que cómodo en California. Sacó su celular y buscó su número en el teléfono. Quería llamarle, pero suponía que ni siquiera le iba a contestar.

De la nada, alguien se sentó en su misma mesa, y se dió cuenta de que era Brandon, otra vez.
-Te fuí a buscar a tu habitación, pero me dijeron que andarías por acá...¿cómo va todo, Annie?-le preguntó, sonriente, como siempre. Automáticamente ella sonrió. Lo conocía muy poco, pero le parecía una persona muy amena.
-No tan bien, pero intento sobre llevar las cosas...-dijo ella, y suspiró.
-Líos amorosos, eh?-dijo él, inquisitivamente.
-Y cómo es que sabes eso?-le preguntó ella, interesada.
-Ehmm...digamos, que soy muy bueno adivinando...-dijo él.

Continuaron platicando, hasta que eventualmente, la hizo sonreír un par de veces. Mientras tanto, Brian veía todo, desde lejos. Ahora lo entendía todo. Probablemente, él ya no figuraba en su plan de vida.

Decidió irse. No necesitaba más, para entender que todo se había acabado.

Podía estar equivocado?...o no?.


This is NOT fuckin' funny ¬¬

Pensé en nombrar esta entrada, "nada más falta que nos haga pipí un perro" "Ok, este es el final de los tiempos" "apocalipshit" "the goods of being on forced vacations" u otras madres que ya no recuerdo, pero no.

En cuanto dijeron que no iba a haber clases el viernes, fue así de "yeeeeeeeeeeeeei!!!" "iniciiiemos el club EN VIVO con Val" o una madre parecida. Y ok, estuvo bien el goddamned viernes levantandome tardísimo, y haciendo any kind of stuff I wanted. Pero para el sábado me empezaba a caer el veinte de la situación. Cuando en la noche, se les ocurre avisar que tampoco había clases en toda la siguiente semana, proferí un "YEEEEESSSSSSS" que fue oído por mi familia, y también, estoy segura que por mis vecinos. Y sí, todo pintaba para ser bueno. Hasta hoy, lunes, cuarto día de una semi cuarentena, unas vacaciones forzadas, que ahora me cuesta trabajo sobrellevar de alguna forma. Dije que iba a continuar con mi fic, por tanto tiempo de sobra, pero se me secaron las neuronas. Luego, aumentenle la histeria colectiva de la gente, y su enórme capacidad para ser alarmistas. Unos hasta ya dicen que es el fin del mundo, otros se lo atribuyen a una teoría conspirativa en contra de el gobierno de Obama y Calderón XD...perdón por la palabra, pero se la maman bien denso ¬¬. La verdad, el ambiente esta muy tenso. Ya hasta comienzo a preocuparme, solo un poco, pero de verdad me asusta la forma en la que la gente sobre reacciona ante lo que está pasando.

Y bueno...como que andamos en una mala racha, no?
la influenza, y luego un che temblor para acabarla de fregar.
y luego, en mis mini-tragedias personales, se me acabó el espacio en el disco duro de mi lap, y los audífonos que tengo se fregaron ¬¬ aumentandole a otro tipo de cosas familiares, que me vería muy emo si las mencionara.

Pero bueno. Hay que ver el lado bueno de la vida no?...

solo que ahorita no lo encuentro. en serio.

25.4.09

8. Look what you've done.

No supo porqué, pero esta vez no fue detrás de él. Ni siquiera se paró del suelo del baño, y continuó llorando, mientras pensaba en si esta vez volverían o no, si esta vez el regresaría a buscarla, o ya todo estaría acabado.

Se quedó dormida justo ahí, hasta el día siguiente muy temprano. Se encontró a sí misma acostada encima del tapete del frio baño, se paró y miró su reflejo en el enorme espejo que había ahí. Su reflejo le parecía tan nefasto que casi no lo podía mirar. En él, se encontraba el rostro de una mujer que ciertamente no parecía ser ella. Estaba demacrada, con el rímel corrido, y el pelo enmarañado, tenía ojeras y hasta llegaba a parecer que la luz se había ido de sus ojos ahora hinchados. Salió del baño, y cerró los ojos por el sol que irradiaba en la ventana...comenzaba a sentirse cegada y tuvo que cerrar las cortinas. Ahora estaba a media luz; se dio cuenta de que las cosas de Brian ya no estaban, el único indicio de que estuvo ahí, era la playera que había usado el día anterior tirada en el suelo de la habitación junto con la ropa de Anna.

Su mente apenas estaba tocando fondo. Ya se había ido...ya no estaba ahí. Le costaba trabajo meterse esa idea en la cabeza. Decidió tomar una ducha, sin siquiera esperar a que el agua caliente saliera de la regadera, ya no le importaba. Se vistió con lo primero que vio y salió del hotel sin la menor idea de a dónde ir. Caminó sin rumbo, subconscientemente, lo buscaba, esperanzada de que pudiera aparecer en alguna parte, sentado en algún café...fumando junto a una fuente, tirado en el pasto...de pasajero en algún bus. Y de pronto, su mente comenzó a jugar con ella. De pronto, le parecía verlo caminando entre la gente, después, tomaba la forma de el hombre sentado en la terraza de un restaurante, y luego...lo veía en una esquina, besando a una chica rubia. Pero no era él...ya estaba alucinando.

-Annie Gibbons, no?...-preguntó alguien detrás de ella.

-Qué?...-dijo ella sin importarle mucho. Volteó, y miró a un hombre de lentes oscuros, chaqueta de cuero, y barba a medio crecer.

-Sí, eres tú!...me recuerdas? Tú me tomaste fotos para la portada de Nylon Men...soy Brandon...-dijo él, no muy seguro de si ella lo recordaba. Le extendió la mano, y ella la tomó asintiendo.

-Claro, sé quién eres. Brandon Flowers, The Killers, no?-preguntó ella sonriendo a medias.

-Bien...si me recuerdas!, qué haciendo por acá? Alguna sesión de fotos?-preguntó él, sonriéndole.

-Ehmm..sí, estoy aquí por una semana...-dijo ella, no muy interesada en él, por el momento.

-Qué bien!, y qué bueno que te encuentro. Me gustaron mucho las fotos que me tomaste, y me preguntaba si podrías tomar las fotos del siguiente álbum de la banda...-dijo él y ella lo miró por fin. Asintió con la cabeza.

-Claro, claro...las tomaré. Te llamaré luego, es que tengo algo que hacer...-dijo ella, estrechando su mano de nuevo, despidiéndose de él.

-Perfecto!...bueno, sé que probablemente me estoy metiendo en cosas que no debo, pero te noto algo mal. Mira, te apunto mi número, y si necesitas algo, lo que sea...me llamas, estaré aquí con la banda unas semanas...-dijo él, tomando el celular de Anna de sus manos. Tecleó su número y lo guardó para ella.

-Gracias, eres muy amable...-dijo ella sonriendo genuinamente.

-De nada, Annie...te veré luego...-dijo él, dándole un beso en la mejilla sin más, y se fue.

Lo miró irse en dirección contraria, y una vez que desapareció de su vista, siguió con su camino.

Caminó un buen rato por la ciudad, sin un rumbo en particular. Poco a poco se daba cuenta de que probablemente ya no iba a encontrarlo, imaginaba que para esas alturas, ya estaba metido en un avión de regreso a California.

Aunque, la realidad era otra.

Estaba en la terraza de su nuevo cuarto de hotel, fumando un cigarrillo, el último que le quedaba. Recordó lo mucho que Anna detestaba verlo fumar, pero en ese momento no podía evitarlo, hasta temblaba un poco al sostenerlo...estaba nervioso y toda clase de pensamientos bombardeaban su cabeza sin piedad. Nunca se había sentido así, tan perdido. Ahora él había huido y no estaba muy seguro de saber si ella lo buscaría o no. Y de todos modos, aunque lo buscara, sabría dónde encontrarlo?...Barcelona no era muy pequeña que digamos.

Estaban en la misma ciudad, y sus hoteles, ni siquiera estaban muy separados el uno del otro, pero irónicamente, tardarían un tiempo en volver a verse. El destino quería jugar un poco con ellos, esta vez.

24.4.09

7.Run.

Tenía ya hora y media intentando dormir.

Miraba el rostro de Anna completamente perdido en el sueño y se preguntaba qué diría si le contara todo al día siguiente. Tenía toda la intención de confesarlo todo, pero al mismo tiempo tenía ciertas reservas, pues no sabía cómo iba a reaccionar. Le pasó por la cabeza la idea, de mentir e inventarle cualquier otra cosa para evitar una confrontación.

Es que todo iba tan bien ahora. Estaban juntos, tal y como antes. Y esa verdad podía separarlos otra vez, y no iba a permitirselo...pero de igual forma, se separarían si él mentía, solo que ahí no habría marcha atras, sabía que no lo iba a perdonar.

Finalmente, cerró los ojos. Después de unos minutos, logró dormir. Ya tendría todo el día de mañana para explicarse.


Despertó con el sol en sus ojos, y la silueta de Anna, que estaba sentada en la terraza de la habitación, hablando por teléfono con álguien, mientras lo hacía, apuntaba en un cuaderno, y de vez en vez, tomaba un sorbo de café.

Él se paró y se metió al baño, se duchó, y vistió con rapidez, y al salir, la vió sentada a la orilla de la cama.

-Y bien, me vas a decir ahora, cómo fue que supiste que estaba aquí?-le preguntó, bastante interesada.
-Bueno...yo...recuerdas que me habías dado una llave de tu apartamento?, ya era demasiado tiempo de no verte...y pensé que si tocaba, no me abrirías, así que entré, y me di cuenta de que no estabas, y te llamé...después de colgar, no hice más que buscar en el apartamento, cualquier cosa que pudiera decirme dónde estabas, y encontré la carta de las oficinas de Vogue en el cajón del buró...y...y...el diario...-Anna miró a Brian en shock, y no lo dejó seguir.
-No lo abriste, verdad?...-le preguntó a punto del colapso.
-Bueno, yo...-dijo él apenas en un susurro.
-Lo abriste, o no, Brian? lo abriste?- le volvió a preguntar, exaltada.
-Lo abrí!...lo abrí!, y me bastó con ver las primeras páginas para entenderlo todo...pero es que si no lo hubiera abierto, no me habría dado cuenta de lo mucho que realmente significas para mí, y lo que yo significo para tí...no hubiera abierto los ojos!- le dijo, intentando defenderse. Anna no se veía contenta.
-No puedo creer cómo, la persona en la que más confiaba, podía hacerme cambiar de opinión...-dijo ella, llevandose las manos a la cara.
-Ahí tienes la respuesta, Annie!...si soy la persona en la que más confías, porque te enojas, si leí tu diario...tú y yo, no tenemos secretos...-dijo él, y se acercó a ella, pero se apartó. No dijo nada.
-Qué?...ocultabas algo de mí, entónces?...-preguntó Brian. Lo que la hizo voltear.
-Claro que no!, pero ese no es el punto...qué la palabra diario, no te suena a algo privado? es como si yo husmeara en tu libreta de canciones...yo no me meto con tus cosas-dijo ella.
-Oh, vamos! quieres leerla?,toma, léela. Encontrarías exactamente lo mismo que yo encontré en tu diario...son un montón de palabras que llevan a lo mismo. Te amo. Me amas...no hay más que decir-dijo él, mirándola.

Anna miró la libreta de Brian a la mitad de la cama, y decidió abrirla.
Se dió cuenta de que había más que solo canciones. También había una especie de diario de viajes...cási cada linea en cada fecha, la llevaba a descubrir cuanto la extrañaba mientras estaban lejos. Luego, había un par de fotos de ellos dos. Se veían tan felices. Y era así como debían estar.
-Sé que estuvo mal...pero tienes que entenderme. En ese momento, no sabía exactamente lo que tú estabas sintiendo. Estaba tan preocupado, no tenía idea de dónde estabas, y luego oír tu voz diciendome que ya era demasiado tarde. Cási muero ahí...y luego, encontré tu diario, y me costó tanto decidir entre abrirlo, o no. Pero necesitaba una respuesta, necesitaba saber si tú de verdad querías seguir con esto, o no. Y bueno, aunque hubiera sabido que no querías intentarlo más, de todos modos hubiera venido...-dijo Brian.

Anna cerró la libreta, y se fué al baño. Cerró la puerta con llave, y se sentó en el suelo. Comenzó a llorar. Todavía no olvidaba aquel momento en que discutieron, todavía no se le olvidaba lo que dijo...y todavía le dolía. Y ahora, estaba él afuera, después de haberle dicho todo lo que sentía, le había demostrado lo importante que era en su vida. ¿Qué otra prueba quería?.


Brian se quedó sentado en la cama pensando en qué más hacer para hacerla entender. Entre todo lo que traía en la cabeza, recordó una canción que, extrañamente le gustaba. No se parecía en nada a lo que oía con frecuencia, ni a lo que tocaba con Sevenfold, pero para él, eso no demeritaba la canción y todo lo que decía. Le parecía perfecta para el momento que estaba viviendo.

Sacó la guitarra acústica que había traído consigo, y comenzó con los acordes de aquella canción que pocas veces tocó, pero que se sabía a la perfección. Eso tenía que hacerla reaccionar de alguna forma.


I'll sing it one last time for you
Then we really have to go
You've been the only thing that's right
In all I've done

And I can barely look at you
But every single time I do
I know we'll make it anywhere
Away from here

Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear

Louder louder
And we'll run for our lives
I can hardly speak I understand
Why you can't raise your voice to say

To think I might not see those eyes
Makes it so hard not to cry
And as we say our long goodbye
I nearly do

Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear

Louder louder
And we'll run for our lives
I can hardly speak I understand
Why you can't raise your voice to say

Slower slower
We don't have time for that
All I want is to find an easier way
To get out of our little heads

Have heart my dear
We're bound to be afraid
Even if it's just for a few days
Making up for all this mess

Light up, light up
As if you have a choice
Even if you cannot hear my voice
I'll be right beside you dear



La puerta del baño se abrió lentamente al terminar la canción.
Pero probablemente, era demasiado tarde.
Él ya no estaba ahí.

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Bien emocional el capítulo XD
pero así soy, toda cursi-dramática.
COMENTEN.
si el episodio estuvo todo emo. y si eso se les hace
demasiado mieloso o algo así.

Crédito a Run de Snow Patrol. Canción hermosa!


16.4.09

SERVICIO A LA COMUNIDATT!:

Queridas Val, y Ale, únicas lectoras (creo) de esta madre XD:

Navegando por la supercarretera de la información (quién dice eso, en estos dias? XD)
ME ENCONTRÉ con estas treeeees joyas de la música que si no tienen DEBERÍAN BAJAR
YA. realmente no he oido ninguna de estas tres (DUH!) porque apénas las bajo. Pero, 
apreciaria mucho que ustedes las bajaran, para después decirme qué tal, y así hacer el
eterno ritual hecho desde hace algunos siglos por nuestros ancestros, de hacer reviews de cada álbum en cuestion,si les gustó, si no, qué cancion les gustó mas, si creen que los tres discos son popó, etc, etc, etc. 

en fin, pongo los discos. :B

THE HORRORS-Primary Colours.
El nuevo disco de los horrors, que incluye el track genial de sea within a sea, que en lo personal,
creo que es genial.

THE DOVES-Kingdom Of Rust.
¿Conocen a The Doves? digan que sí! es que realmente no recuerdo si si los conocen o no, y si no,
baaajenlo! la verdad son muy buenos. Y si no les gustó, zapeenme por hacerlas bajar el disco.
pero les van a gustar!. Es su nuevo disco.

y por último...

WHITE LIES-To Lose My Life.
Ehhmm. No podría decir mucho de ellos. Vi un video de una canción de ellos en MTV hits, y me
sonaron un poco a Editors. Como que tienen esa onda. Bájenlo, y ahí me dicen que tal, o si mis gustos musicales estan para la basura. XD


En fin. cualquier otra persona que por azaaares del destino haya caído aquí...
comenten también ¬¬ digan si quiera "lo bajaré" o un mini review del disco o discos
que se bajaron, si les gustó o no, o si hay otros grupos que valga la pena bajarse.

y ehmm..para que no me cierren esta cosa, por disque fomentar que la música sea adquirida
de forma no legal (según quién? ¬¬). Les aseguro que mis pequeñas amigas y yo, solo los bajamos con fines de evaluación sin NINGÚN fin lucrativo! EH! chale...ya chingaron un buen
de páginas que subían música bien padre...¬¬ musiteka estuvo a puuunto de ser eliminada!
pero no! :B en fin. me largo....ya mero se acaban las vacas. 
¬¬




12.4.09

Mágia.

Les juro.

Oír a Muse, en la noche-madrugada, mientras viajas a través del desierto, es una de las cosas más increíbles que se pueden hacer, lo mejor, es que solo necesitas estar sentado frente a la ventana, mirando las estrellas, y la luna...que estaba más llena que nunca. Ayer-hoy, no se me va a olvidar ni en un millón de años...trazar el contorno de las montañas con los dedos, pensando en el espacio abierto...viendo supernovas imaginarias danzando frente a ti...se te olvida todo. Hasta cómo te llamas.

Fue completamente inspiracional...lo juro. Y tenía tantas ganas de escribirlo todo...pero, eso de andar a lado de tu compañero de viaje, que no sabe absolutamente nada de tu hábito de escribir, pues como que inhibe ese deseo de plasmarlo todo. Y luego llegué aquí, frustrada, porque ya que tengo papel y pluma no sé cómo diablos describirlo.

5.4.09

6. All I Need.

Barcelona lo recibió con los brazos abiertos, y una temperatura para derretir cualquier vela puesta en las banquetas de la ciudad. Gracias a las indicaciones de la mujer en las oficinas de Vogue en Francia, supo a dónde dirigirse para encontrarse con Anna. Estaba emocionado y nervioso. El taxi lo llevó a su hotel, y ahí pudo ducharse, y cambiarse. No quería verse mal para ella. Aunque de todos modos, ella lo había visto ya de cualquier forma posible, y no parecía importarle mucho. Aun así, no quería parecer un vagabundo. Tomó otro taxi, y lo llevó al lugar con prontitud. Para su sopresa, no estaba lejos de donde estaba su hotel. 

Era el Parque Güell...un lugar bastante hermoso, y fuera de lo común. Aunque también grande. Por lo cual, complicaba un poco las cosas para encontrar a Anna. Caminó sin mucha prisa, admirando lo que había a su alrededor. Intentaba observar bien todo, por si la veía por ahí. Recorrió un buen tramo, hasta el centro del parque. La Plaza. Y ahí estaba.

Se quedó parado en donde estaba. No quería parecer ridículo, corriendo hacia donde ella estaba, como en las malas telenovelas. Se limitó a mirarla desde ahí. Estaba acomodando a las modelos en los pilares de la Plaza, platicaba con ellas, y de pronto comenzaron a reírse. Justo ahí, recordó todas las veces en que ella, logró sacarle un millar de carcajadas con cualquiera de sus ocurrencias. Era muy simpática, y siempre tenía algo que contarle. Sonrió para sí mismo al recordarlo todo. 

Después comenzó a fotografiar a las modelos un par de veces, hasta que parecía haber terminado. Después, volteó y con su cámara, comenzó a retratar a la gente que paseaba por ahí. Brian no supo si moverse, o quedarse ahí. Estaba seguro de que si se quedaba quieto, se daría cuenta de que él estaba ahí, a través del lente. Optó por quedarse ahí. Quería que ella misma se diera cuenta de que ahí estaba. Quería ver la sorpresa dibujada en su rostro. 

Y no tardó mucho para ocurrir la escena que ya se estaba imaginando. De pronto, volteó justo hasta donde él estaba, y se quedó estática. Cambió el lente por un gran angular, y lo enfocó justo en su dirección. Después de varios movimientos con el lente, separó su rostro de la cámara, y lo miró con sus propios ojos. Brian, por su parte, solo le dijo hola con la mano, sonriendo. 

Anna no creía lo que habían visto sus ojos. ¿Qué hacía él ahí? ¿Cómo diablos se había enterado de dónde estaba?, tenía tanto que preguntarle. Pero también tenía que besarlo...necesitaba besarlo. 

Dejó la cámara ahí, y atravesó la plaza corriendo. Él abrió los brazos, y ella no tardó en rodearlo con sus brazos. Ella temblaba. Quería llorar, pero no quería que él la viera de esa forma.  Se sentía tan bien tenerla así de cerca. Ya no quería volver a dejarla ir así. 

-Pero tú...¿cómo supiste que estaba yo aquí?-le preguntó titubeando.
-No me preguntes, el chiste es que estoy aquí, y creo que ya aprendí la lección...-dijo él, la tomó de las mejillas y la besó después de mucho tiempo. 

Ya tendría tiempo para explicarlo todo. Aunque no se le ocurría qué excusa darle, por haber entrado a su apartamento, y haber abierto su diario. Confiaba en que no lo tomara tan mal. 

Viendo king kong...pense que estaba chafa pero ya vi que no es asi

4.4.09

Seize The Day parte II.

1 mes después.

París en sí, era bonito. Muy bonito.

Pero a su gusto, le faltaba algo. Era como la comida sin condimentar. O como una verdura cruda, y sin sabor. Aún con todo, nunca le faltaba inspiración allí. Siempre encontraba nuevas ideas para plasmarlas en sus fotografías, o en las sesiones de fotos para VOGUE. Gracias a eso, siempre dejaba a Jean, el editor en jefe de la revista, encantado con todo lo que hacía. Pronto, la llamaron para que hiciera una sesión de fotos especial para Vogue España. Obviamente no se negó. Era jueves en la noche, y ese mismo día voló a Barcelona, donde ya todo estaba preparado para la sesión. Todo ahí, estaba de acuerdo a lo planeado. Con lo que ella no contaba, es que se iba a quedar ahí más de una semana. No le incomodaba. De hecho, le agradaba la idea de conocer más allá de lo poco que alguna vez visitó de España, cuando niña. Además, de qué podía quejarse? Iba a tener unos días en otro lugar, conociendo otras cosas, y sobre todo, haciendo lo que más le gustaba: Tomar fotos.



La primera impresión que tuvo Brian de París, tampoco fué la mejor. La primera vez que pisó tierra parisina, fué un viernes por la tarde. Iba con los chicos de Sevenfold a tocar en un auditorio algo lejano del aeropuerto, y además, ya era muy tarde. Tan tarde, que ya se estaban perdiendo la mitad del soundcheck en cuanto llegaron. Llegó a odiar el aeropuerto. Enórme, parecía un laberinto, un laberinto lleno de tiendas, y de gente estorbosa con maletas gigantes, extranjeros por todas partes, y franceses que no entendían ni un céntimo de inglés. Estaba cansado. No se había duchado, y tampoco había podido dormir bien...Pero ahí estaba. Por el amor al arte, la música, y sí, al dinero.

Ahora, se encontraba en ese mismo aeropuerto, con toda clase de incógnitas en la cabeza. Esta vez, venía completamente solo. En plan de simple turista. Un patético enamorado queriendo encontrar a la chica de sus sueños, enmedio de aquél cáos llamado París. Lo único que tenía, era esa carta robada, con la dirección de las oficinas de Vogue. Camino con su maleta hasta la salida, y vió la fila de táxis afuera. Se acercó al primero que vió, y le mostró el papel algo arrugado con la dirección. La señaló, y el taxista asintió con la cabeza, en señal de entendimiento. Se subió al táxi, y esperó lo mejor.

Llegó, y se bajó del taxi, aventándole un billete al conductor, era algo más de lo que el taxímetro marcaba, pero le daba igual, ni siquiera esperó el cambio, y corrió a la entrada de las oficinas. Se sintió aliviado de que la chica de la recepción supiera hablar inglés. Pidió ver a Anna. Pero la mujer le dijo que estaba en Barcelona en el momento.

Ya no sabía ni cómo sentirse ante eso. Su única reacción fué dirigirse de nuevo a la salida, paró el primer taxi que vió, y le pidió que lo llevara al aeropuerto. Otra vez. Estaba ahí, formado, delante de 5 personas, para pedir un boleto a Barcelona. Pronto llegó al mostrador y pidió un boleto, El vuelo salía en 5 minútos, y la puerta para abordar era la F16.

Estaba en la F2...

Corrió como nunca en su vida. Como si la vida le fuera en ello. No le importó tirar a un par de personas, empujar niños pequeños, y hacer a un lado a un grupo de turistas coreanos, que se vieron asustados al verlo correr justo en la misma dirección que ellos a toda velocidad. Pero llegó. Llegó, y se metió al avión aliviado. Ya tendría todo el vuelo para descansar.





:B después de que ayer fué uno de los días más HORRIBLES de mi vida, aquí esta la continuación a mi chafafic. XD
reviews are NICE!





2.4.09

4.Seize The Day. Parte I


Muy tarde se percató Anna, que su diario no estaba por ningúna parte.


Odiaba haber dejado su diario a miles de kilómetros de distancia. Había muchas cosas ahí, que le gustaba leer, y re-leer hasta el cansancio...ya había vaciado todas sus maletas, y se aseguró que de verdad no lo había traído. Aunque, probablemente eso era para bien. Podía servir como un indicador de que dejara el pasado atrás, y escribiera en uno nuevo, como para marcar la nueva etapa de su vida. Iba a comprarse otro...comenzaría con otro diario de páginas totalmente en blanco, para plasmar absolutamente todo lo que sentía, o lo que se le venía a la cabeza. Después de todo, no le estaba yendo nada mal en Francia. 


Mientras tanto, Brian estaba sentado en el suelo de la sala de su apartamento, mirando el diario completamente cerrado a medio metro de él. La curiosidad lo estaba matando. Quería saber que tanto decía ahí...necesitaba saber si ahí, había algo que le hablara de lo que Anna realmente estaba sintiendo, en vista de que ella misma no pudo decírselo del todo. Pero obviamente, el leer el diario de otra persona, sin su consentimiento, era una gravísima falta de respeto. O al menos eso pensaba él. Recordó todas las mañanas, en las que la vió sentada junto a él, en la cama, escribiendo algo en él. Siempre se veía muy concentrada, enfocada en cada cosa que escribía. Muchas veces él la llamaba, y ni siquiera le hacía caso. Así que suponía que, si tanta dedicación le ponía a cada cosa escrita allí, entónces, todo en ese diario debería tener realmente un significado. Cerró los ojos fuertemente. Apretó los puños, no debía, pero quería. 

Acercó lentamente su mano al diario, y lo tomó, casi temblando. Comenzaba a sentirse como un intruso...pero le ganó más la curiosidad, yabrió la primera página. Había un pequeño dibujo de ella. Rió para sí mismo, recordando cuantas veces le había dicho que era bastante mala para dibujar, aunque él siempre pensara lo contrario. Después, en la siguiente hoja,  se leía un 3 de enero de 2007. El mismo día en que la vió por primera vez, en esa sesión de fotos para Alternative Press. Le sorprendió ver una foto de sí mismo pegada enmedio de la hoja, alrededor había un marco hecho de todos colores, y abajo, escrito con su puño y letra: Él. Es él...

Se sintió extraño, y apenado...hasta se ruborizó, y se quedó más sorprendido cuando empezó a ver más fotos de él, tomadas por ella, en cási todo el diario. No quería leer nada. Es que ya no necesitaba leer nada para entenderlo. 



1.4.09

3. Before the end of the world.




¿Por qué había huído Anna?...

Él siempre había sido del tipo de chicos, que no se acercaban a una chica, aun cuando le gustara. Prefería que la chica viniera a él, y le mostrara el interés que tenía, pero nunca de otra forma. Con ella, sin embargo, había sido diferente desde el principio. 

Era viernes. El reloj marcaba las ocho de la noche, y estaban en lo que quedaba del rio de L.A donde harían una sesión fotográfica para la revista Alternative Press. Nunca había sido fan de las sesiones de fotos, pero ahí estaba, arreglado completamente, al menos de la manera que a él le gustaba. Nadie le decía como vestirse, él se vestía
por si solo y eso hacía que siempre conservara su propio estilo. 

Fumaba un cigarrillo, sentado en el concreto que todavía se sentía algo caliente de la tarde. El fotógrafo todavía no llegaba, y de hecho, nunca iba a llegar. Sin embargo, el editor en jefe, le llamó a una de sus amigas, también fotógrafa, para tomar la sesión de fotos en vista de que el otro fotógrafo nunca se presentó. 

La vió llegar en un auto clásico, pero bastante bien conservado. Se bajó del auto, y sacó una maleta de la cajuela, y sin decir una sola palabra, comenzó a montar todo para la sesión. En poco tiempo, ya estaba con cámara en mano, tomando fotos a diestra y siniestra. Lo que más le extrañó, es que no les pedía cierta pose para cada foto, simplemente dejaba que todo saliera natural. Comenzó a hablar con los chicos, como si se conocieran de tiempo atras, y los hizo reír un poco, para romper el hielo. Pronto, él se veía riendo y platicando con ella también. Le gustaba su risa, y los gestos que hacía mientras tomaba las fotos. Era la primera vez en su vida, que se sentía  realmente cómodo en una sesión fotográfica. 

Cuando todo terminó, la invitaron a un bar. Donde conversó con ella cási toda la noche. Se dió cuenta de que apénas tenía 19 años. Pero eso no la hizo menos atractiva. De hecho, se sentía atraído por ella, como por ninguna otra. Algo dentro de sí, le decía que esta vez, todo sería genuino...todo sería diferente con ella. 
Era una chica muy lista, y muy dedicada en lo que hacía. Pronto, se vió frecuentando su estudio casi cada que podía, y ella, por su parte, le tomaba fotos siempre, y en cada lugar al que salían. Parecía que fotografiarlo, se había convertido en una obsesión, y no solo era eso...comenzaba a sentir algo por él. Nunca se había enamorado, pero suponía que él, siendo quien era, ya lo había hecho muchas veces. Aunque a esas alturas, ya no le importaba. Quería estar con él.

Y llenó páginas, y páginas de su diario con fotos que ella misma tomaba de él. Después, hacia algunas anotaciones abajo de cada foto, y guardaba las demás fotos en una carpeta. Naturalmente, después de un año, se volvieron novios y todo iba perfecto, hasta que ella, tuvo que viajar mucho más, pues su trabajo se hacía cada vez más conocido. De fotografíar bandas de rock, y conciertos, ahora también iba a las pasarelas, y tomaba fotos para revistas de moda. Todo ese exito, fué inversamente proporcional a su relación, que se iba cada vez más abajo...hasta que cayó al suelo abruptamente una noche. 

-Es que ya estoy harto. Nunca puedo verte, nunca estas, cuando te llamo no contestas, y yo ya no se ni qué hacer para que me hagas caso...sé que todo eso es importante para tí, pero creo que yo también soy importante para tí, no?-le decía Brian por teléfono. Ella estaba en australia. Acababa de terminar una sesión de fotos, y estaba demasiado exhausta como para discutir con él.
-Eres importante para mí. Muy importante, pero mi trabajo también lo es, y lo sabes. Crees que yo no quiero verte también? no seas tan egoísta...-dijo ella, al borde del cansancio.
-Egoísta yo? mira quién habla!, de verdad crees que soy egoísta? perfecto...a ver cuando te dignas a que nos veamos, Anna!!-Colgó. Le colgó.Y odiaba sentirse así de furiosa y frustrada. 


Regresó a California, esperando verlo en el aeropuerto. Después de todo, él sabía cuando llegaría, en qué vuelo, y a qué hora. Pero no se presentó. No estaba ahí. Tomó un taxi hasta su apartamento, y se sintió realmente sola, y hasta culpable. Después de media hora, lo vió entrar al apartamento, con un ejemplar de la revista VOGUE americana. En portada, estaba una de las fotos que ella había tomado en Australia. La miró y aventó la revista a la mesita del recibidor. 

-No puedo creer, que tomarle fotos a tontos modelitos, sea más importante que estar juntos...-Anna se cubrió la cara con las manos. No estaba dispuesta a oir eso. Mucho menos ahora. 
-No lo entiendes...-dijo ella, sin saber realmente qué más decir.
-Tienes razón, no lo entiendo, Anna...¿Por qué no vuelves a tomar fotos para Alternative Press? te tendría más cerca...estaríamos más cerca, además, la paga no es mala. Sé que te sentías bien cuando trabajabas ahí...-le dijo, acercandose a ella.
-Quiero avanzar!, necesito progresar en lo que hago. No digo que Alternative Press sea un trabajo para principiantes, pero quiero más cosas que añadir a mi experiencia personal. Quiero conocer, experimentar más cosas!, es como si yo te dijera, que solo salieras de tour alrededor de E.U. Yo sé lo mucho que te gusta tocar en otros lugares, así que quiero que me entiendas- le dijo, pidiendo desesperadamente comprensión.
-No veo como todo esto nos llevará a algún lado...si yo estoy por un lado, y tú del otro...no creo que esto vaya a funcionar...


Se sentía decepcionada. No entendía como él, podía decir todo eso. 

Lo vió irse. Se fué, y no volvieron a hablarse. Ella comenzaba a sentirse como una niña pequeña, que veía como el castillo de bloques de colores que había construido, se estaba cayendo a pedazos, y no quería quedarse a ver el horrible final. 

2. I will follow you into the dark.

Francia aun desde arriba se veía encantadora. Tenía pocos recuerdos de la primera vez que llegó allí hace más de 11 años, solo en plan de simple turista, junto a su hermana y su abuela. Desde ese día había jurado regresar. Ahora que estaba ahí, todo se veía diferente, pero no menos bello. Tomó un taxi que la llevó a su hotel, en las afueras de París. Al llegar solo se limitó a botarlo todo junto a la puerta, y destendio la cama con desgano, se deshizo de los zapatos, y se metió debajo de las sábanas. Estaba muy cansada. 11 horas de vuelo, ciertamente no eran cualquier cosa, y es que no solo era eso...estaba cansada emocionalmente. No por nada había huido de California, como si su vida dependiera de ello. 

Le costó un poco de trabajo dormir, pero al final pudo cerrar los ojos por un buen rato, hasta que abruptamente su teléfono sonó. Para ese entonces, ya llevaba algunas horas dormida. El celular vibraba de forma desquiciada, y la tonada característica que acompañaba el anuncio de una llamada no paraba de oírse repetidas veces. Buscó en la penumbra su bolsa, y tomó el celular de hasta abajo de todas sus cosas. Contestó sin siquiera ver quién era. 

-Annie? por dios, dónde te has metido!? acabo de ir a tu casa...por favor, no quiero que te vayas, bien sabes lo importante que eres para mí, y si te vas...me volvería loco...es en serio...-Annie lo cortó en seco.
-Lo siento, pero ya es demasiado tarde...-le dijo tragando saliva con un poco de trabajo. Odiaba tener que decírselo. 
-Qué?! a qué te refieres? dónde estas?!-le dijo exaltado. Cerró sus ojos. No le iba a decir donde estaba. De hecho, quería colgarle en ese instante pero no podía...
-Lo siento tanto, creo que fue mejor para los dos...probablemente con el tiempo lo entenderás...-le dijo, a punto de colgar. 
-Anna...yo...-colgó. No pudo soportar más. 

Aventó el teléfono contra la pared, lo que hizo que se partiera en pedacitos. Ese era el segundo paso de la huida. Desconectarse de todo, y de todos. Ahora sí...había una vida nueva esperándole.

Al día siguiente, fue a las oficinas de Vogue, donde ya tenía una cita concertada con el editor en jefe. Tenía un poco de nervios, pero sabía que nada podía ir mal. De todos modos, él mismo la llamó para estar ahí. Desde que se volvió fotógrafa profesional, se la pasaba de un lado a otro, y vaya...no podía quejarse de absolutamente nada, la vida le sonreía, aunque a ratos no siempre era así, pero tenía que sobre llevar las cosas. Tenía que ser fuerte por ella misma, como siempre lo había sido, ahora menos que nunca podía flaquear. Empezó a trabajar desde esa misma tarde, con una sesión de fotos en los jardines de los Campos Elíseos. Un escenario impactante, y más allá de hermoso. De niña juraba que ese lugar estaba encantado, y ahora que lo volvía a ver, se sentía un poco más alegre. No creía lo pronto que se estaba acoplando al estilo de vida Francés, obviamente diferente al estilo de vida americano, al que siempre estuvo acostumbrada. Recordaba todavía sus lecciones de francés a temprana edad que le daba su abuela todas las tardes sin fallar. Ahora, se lo agradecía, pues no tenía problema alguno para comunicarse. 

Terminó de tomar fotos muy tarde. Pero no le importaba tanto, porque la vida nocturna en París siempre era una gran manera de escapar de todo lo demás. Siempre había un café abierto, un bar, un restaurant, casi cualquier cosa para mantenerse entretenido mientras el insomnio durara. Y eso era una gran noticia para ella, que padecía de insomnio. 

Lo que no le había pasado por la cabeza, hasta ese preciso momento, en que se sentó en una banca de un parque solitario, era que, siendo quien era, no podía vivir escondida por siempre. Era Annie Gibbons. Fotógrafa profesional, y famosa casi en cualquier lugar. Además, Vogue le haría una fiesta de bienvenida el viernes, y se anunciaría formalmente su estadía ahí. Y las noticias, obviamente llegarían a E.U y a su vez, a California. Y se enteraría. Claro que se enteraría, después de todo, el mundo puede parecer tan pequeño...

Y lo que tampoco recordaba, era que Brian mismo tenía una llave de su apartamento. Y en ese preciso instante, estaba entrando. Quería pistas. Indicios de su escondite. Estaba dispuesto a encontrarla, y traerla de vuelta. La necesitaba, la necesitaba aun sabiendo que él había sido el culpable de su partida, pero quería enmendarlo. La culpa no lo dejaba ni dormir en las noches. No podía ni componer una canción decentemente, porque inmediatamente le sorprendía el rostro de Anna en la pared, o en cualquier lugar en el que se encontrara. Necesitaba estar cerca de ella. La lejanía lo estaba matando tanto o más que a ella, y lo peor del caso, es que ni siquiera tenía idea de a donde se había ido. No sabía si podía estar en NY, en Belize, en España, en Rusia, o en Australia. No sabía nada. Se sentía como un explorador enmedio de la amazonía, sin brújula, y con un pequeño pedazo de mapa. 

Empezó a sacar cada cajón, y vaciaba el contenido en el suelo, después, se sentaba, y leía cada uno de arriba a abajo, para ver si encontraba algo...y nada. Nada parecía fuera de lo normal. Después fue a su recámara, la miró con melancolía y tristeza. Las sábanas yacían ahí, deshechas, todavía estaba su pijama en el suelo, y la toalla con la que salía del baño. Después, vio el armario medio vacío, y los cajones abiertos. Parecía que habían entrado a robar. Y de alguna forma así se sentía él. Robado, privado de algo tan importante en su vida como lo era ella. Se sentó en la cama, y se llevó las manos a la cara. Estaba frustrado y triste. Empezaba a oscurecer, y estaba a punto de irse. El solo hecho de estar ahí, sin ella, le enfermaba.

Por último, quiso abrir el cajón de su buró derecho. Lo que encontró ahí, no tenía precio. 


Era su diario, y una carta membretada con un VOGUE FRANCE en letras grandes a su nombre. 
No podía creer que se le hubiera olvidado su diario, cuando siempre había sido tan apegado a ese libro de tapas negras gastadas. Después, sacó la carta del sobre, y leyó con cuidado. 

"Nos complace muchísimo que hayas aceptado nuestra proposición. Estoy seguro que con tu toque personal, esta revista será todavía más exitosa de lo que ya es. Estamos muy emocionados de tu llegada, y te esperamos el lunes. Queremos que te sientas como en casa." 


Tomó el papel, el sobre y el diario, y se salió de ahí, dispuesto a tomar el primer avión que lo llevara a Francia.
Obviamente, el destino le tenía preparadas otras cosas. No iba a ser tan fácil llegar a ella, después de todo. 








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